Hace poco leí algo en Instagram que me parece definitivo: “si indagamos en los motivos que nos impiden deshacernos de algo, solo encontraremos uno de estos dos: el apego al pasado y el miedo al futuro” de Armonía Home.
A la hora de organizar un espacio, uno de los mayores problemas es precisamente éste: la indecisión de los clientes para deshacerse de ciertas cosas. Así que después de analizar diferentes viviendas y oficinas, he elaborado una lista de las cosas de las que más nos cuesta deshacernos. Aquí la tenéis, para que podáis hacer un análsis propio:
7 cosas de las que puedes desprenderte (sin miedo)
1.- Libros de texto y apuntes.
Ya sean del cole, la guardería o la universidad. Los niños pequeños tienen superproducción de fichas, dibujos y manualidades. Están continuamente creando, y da pena tirar tanto talento. ¿Pero te has parado a pensar lo que pasará si guardas todo desde primero del primer ciclo de infantil? He visto trabajos de bebés de 6 meses… si tu hijo acaba la universidad con 22 años, y en cada curso tenemos una media de 4 archivadores llenos… hacen un total de 88 archivadores. Si tienes 2 hijos son 176 archivadores, 3 hijos… un almacén de papelería. Personalmente, acabé la carrera hace 12 años y lo único que he vuelto a consultar son mis queridos apuntes sobre el jardín japonés.
¿Qué hacemos con todo esto? A ver, no hay que ser radical del todo. Podemos quedarnos con algo representativo de cada curso, o hacer fotos a nuestros favoritos. Todo lo demás… ¡se va!
2.- Libros en general
Es muy genial tener una biblioteca en casa. A no ser que tengas una casa pequeña donde no puedes instalar más estanterías. Si eres de los que entra una librería y sale con 5 ejemplares bajo el brazo, deberías plantearte que el espacio en casa no es infinito. Si entran 5 libros, que salgan 6. Empieza por devolver los que te prestaron. Los que ya leíste y “ni fu ni fa”, los libros pasados de fecha (porque el tema ya no es actual), la enciclopedia de 50 tomos… ¡Vamos! Hay mil sitios donde recogen libros usados de mil amores, y algunas tiendas donde te los compran para revenderlos. Así tu salón respirará…
3.- El juego de sartenes del banco
Siempre digo lo mismo, nadie necesita 10 sartenes, a menos que tengas un restaurante. Necesitas 2: una grande y una pequeña. Lleva al punto limpio todas las que estén desgastadas, con el mango roto o que no cocinen bien. Invierte en 2 sartenes realmente buenas, que te durará años y liberarás sitio en tu cocina. Lo mismo digo para las ollas, cazos y cazuelas. Con una o dos de cada lo tienes hecho.
4.- La vajilla regalo de boda
“Es que me la regaló mi tía Pili”. Muy bien, te casaste hace 5 años y no la has sacado de la caja. Porque ya tenías una ideal que elegiste tú mismo y te hace feliz comer en ella a diario, los domingos y cuando tienes invitados. Esa vajilla sin desembalar incluye 165 piezas de cubertería, copas, juego de café y sopera… ¿Sopera? ¿Alguien sigue usando un sopera? No digo más. Ponla a la venta en Wallapop o donde quieras. Y si en un mes no las has vendido llévala a algún comedor social que allí le sacarán partido seguro. Doble ventaja: haces hueco en casa y ayudas a los más desfavorecidos.
5.- Muestras de cosméticos
Si realmente los quieres usar hazlo ya, esta semana. Si no, tíralos. ¿Sabéis cuantos sobrecitos de cremas y maquillajes me encuentro en los baños de mis clientes? Cientos de muestras que llevan años ahí, sin esperanza de que alguien se fije en ellos y que ocupan un espacio precioso.
Aquí incluyo las amenities de los hoteles. Una plaga fácil de eliminar. No nos aportan nada porque no suelen ser de buena calidad, no los usamos en casa y tampoco los llevamos de viaje. ¡Esto se va sin pensarlo!
6.- Ropa vieja o que no te gusta
¿De verdad crees que te la pondrás en casa? Si no te encuentras cómodo con ella no tiene sentido. Pasamos mucho tiempo en casa, y debemos tratar de sentirnos bien en ella. Y eso incluye nuestra propia imagen. Proyecta una buena imagen de tí mismo incluso si no te va a ver nadie. No digo que te compres ropa para estar en casa, pero elige un par de pantalones y camisetas cómodos y bonitos, sin rotos. Y todo lo demás dónalo.
Y en este punto incluyo las toallas. Las que están feas y desgastadas se van. Utiliza las que tengas más nuevas y suaves. Tu ducha diaria será un poquito más agradable. Con 2 juegos de toallas por persona en casa es suficiente.
7.- Ropa y demás artículos de bebé.
Este tema es complicado. Nos cuesta mucho deshacernos de la ropa de nuestro bebé. Porque está nueva, porque es algo que compramos con mucho cariño, y porque tenemos mil cosas que hemos comprado sin sentido… y si se la damos a alguien que ha tenido un bebé nos sentiremos mejor. Normalmente no les estamos haciendo un favor. Y quien lo recibe, se lo suele quedar por compromiso, pero en realidad lo que quiere es elegir la ropa de su hijo. Con el problema añadido de tener que revisar, lavar, planchar y clasificar las 4 bolsas de ropa que les pasamos.
¿Qué pensáis sobre todo esto? ¿Alguien en la sala que use sopera? Hacedme caso, tirad cosas. Y cuando creáis que lo habéis tirado todo, seguid tirando, y liberad espacio…
¡Besos!
Me has leído el pensamiento con lo de las muestras de cremas y demás. Cuando puse a punto mi baño después de tu visita tiré todo lo de los hoteles, las muestras de crema etc de marcas buenas empecé a usarlas desde entonces tanto las mias como las de los niños y a día de hoy ya casi estoy acabando con todas (y tenía casi una cesta -grande-entera!!
Con la sopera me has dado en mi punto débil, todos los veranos en Comillas cuando visito Alma-Zen, me enamoro de una, y mi marido me acaba convenciendo que no la necesitamos y tiene razón, pero llevo queriendo una sopera toda mi vida!!
P.D: ese sony angel me suena