Y en realidad solo quieres que todo vuelva a su sitio. O, al menos, que todo encuentre su nuevo lugar.
Quería hablar de los cambios vitales, y de lo que supone tener el apoyo de alguien para asumirlos lo antes posible y recuperar la armonía. Es como montar un centro con flores: tienes diferentes elementos, y los vas colocando de diferentes formas hasta que encuentras la combinación perfecta, esa que te hace sonreír. Eso es la armonía: cuando se hacen los ajustes necesarios para que el alma se sienta satisfecha.
Hay cambio vitales positivos y negativos, y todos tienen un patrón común, nos descolocan una parte de nuestra vida:
- A parte del cepillo de dientes, ¿quieres dejar aquí todo tu mundo?.
¡Bien! Habéis decidido vivir juntos (aunque sea en pecado). Puede ser que ambos cambien de casa o que uno de los dos se mude al piso donde ya vive su pareja. Habrá conflicto en el 90% de los casos, es así. El ser humano tiende a expandirse en los espacios que habita. A lo loco. Por lo tanto, alguien que vive solo, ocupará el total de su casa con sus cosas. Al dejar entrar a alguien en tu espacio debes dejar sitio libre, es decir, hacerle un hueco en el sofá, en el mueble del baño y sobretodo en el armario. Ambos tendrán que deshacerse de cosas para que esto sea viable, y encontrar a cada elemento su lugar ideal. Y con la ayuda de un organizador profesional, esta tarea se vuelve mucho más amable, se evitan discusiones innecesarias y reina el amour.
2. Resulta que ya no te quiero
En una separación lo normal es que uno de los dos abandone la vivienda que compartían. Suele ser un momento traumático, en el que cuesta pensar con claridad, tomar decisiones y actuar eficazmente. Un organizador puede facilitar todo este proceso. Te ayudará a seleccionar tus cosas, a llevarlas a tu nueva casa y a organizar todo de forma óptima para recuperar la armonía en tu vida lo más rápido posible.
3. La tía-abuela se va a criar malvas.
En ocasiones, los familiares no tienen la capacidad o las ganas de gestionar los objetos personales de quien fallece. En estos casos, un organizador profesional se encarga del vaciado de la vivienda, haciendo llegar a la familia los muebles u objetos acordados, y tirando o donando el resto, como puede ser el caso de la ropa. Una ayuda que se convierte en alivio y descanso.
4. Encontré la casa de mis sueños, vaya lío.
Como dice el gran Pedro Iván Ramos, de MOI Interiorismo, tres mudanzas equivalen a un incendio. Lo dice con conocimiento de causa, y porque no me pidió ayuda, por supuesto. Al que haya sufrido al menos una no tengo nada que explicarle. Tu realidad se te cae encima. No sabes lo que tienes hasta que haces una mudanza. Poder contar con un organizador tiene un valor incalculable. Te ayudamos con la selección de objetos personales, a tirar más cosas de las que pensabas, hacemos el embalaje por categorías y habitaciones de destino, las gestiones y el control de la empresa de mudanzas. Y una vez que todo está en el lugar de destino, buscamos el lugar donde debe habitar cada cosa para que tu vida sea más sencilla.
5. Cariño, tengo una falta.
Para mí, el cambio vital más grande que una persona puede experimentar: el nacimiento de tu primer hijo. Con otros cambios tu vida se modifica, pero tú sigues siendo igual. Cuando nace tu primer hijo dejas de ser tú. Comienzas a ser, actuar y vivir para él. Es algo tan brutal que, ahí sí, se te descoloca el mundo entero. Y tardas un tiempo en ubicarte y ver de nuevo la luz. Si eres previsor y buscas ayuda profesional, un organizador hará que el cambio de uso de “habitación trastero” a “habitación bebé” sea un camino de rosas. Te ayudará a dar con el mobiliario adecuado (quizás, y solo quizás, no necesites una mecedora…) y a organizarlo para que tu mundo siga girando a la velocidad normal.
Besos
Genial publicación.