¿Qué tal te llevas con tu armario?
¿Te ayuda a vestirte cada mañana? ¿O es un agujero caótico en el que se apilan las camisetas aplastadas, los pantalones pasados de fecha y las chaquetas están castigadas unas debajo de otras?
Conseguir un armario organizado nos afecta positivamente. Nos ayuda a ganar en tranquilidad, a mejorar los tiempos, es más estético… ¡un armario ordenado es felicidad!
Entonces, ¿cómo consigues un armario así? Lo primero de todo es planificar, como siempre. Debemos pensar el tipo de armario que necesitamos. Si es individual o compartido, si lo va a usar un adulto o un niño, etc.
Cosas que debes plantearte:
- Es importante, en caso de que sea compartido, diferenciar la ropa de cada uno en zonas diferentes. Si tu chico está buscando su pantalón vaquero nuevo y está guardado con los tuyos, seguramente tardará el doble de tiempo en dar con él.
- Habrá que prever altillos, de altura suficiente para encajar aquí las cajas adecuadas, y pensar lo que quieres guardar en ellas.
- ¿Tengo abrigos o vestidos largos?
- ¿Cuántos complementos voy a organizar?
- ¿Es posible añadir una barra o alguna balda? O mejor aun, ¿cajones nuevos?
- Mide la altura de los cajones para buscar separadores interiores.
Ahora hablemos del proceso.
- Fase de eliminación:
- Saca del armario absolutamente todo lo que hay dentro. Incluso las pelusas. Y ve haciendo varios grupos por tipo de prenda encima de la cama o de una mesa: vestidos, pantalones, camisetas (separa también por tipo de manga), sudaderas, faldas…
- Y mientras, decide las cosas de las que te puedes deshacer. En este caso busca dos bolsas (seguramente necesitarás más) y ve poniendo en ellas la ropa que puedes regalar (a tu hermana por ejemplo) o donar. En todas las ciudades hay puntos de recogida de ropa (en Valladolid hay contenedores específicos en la mayoría de los colegios).
- Si le das a tu ropa una segunda oportunidad no te dará tanto reparo deshacerte de las cosas que ya no te gustan/no te valen/han pasado de moda. Si hace dos temporadas que no usas un vestido lo puedes tirar sin miedo.
- Queda prohibido guardar la ropa “por si adelgazo”. Si consigues que la operación bikini funcione, te sentirás genial y querrás ropa nueva para celebrarlo.
- Mucho cuidado con la ropa para estar en casa. Me he encontrado armarios con 3 cajones dedicados a esto. Quédate con un par de conjuntos por temporada, ¡algo cómodo y con lo que te encuentres guapo! Pasamos mucho tiempo en casa y nos merecemos vernos bien allí también.
- Lo que nos quedamos: llegados a este punto, seguramente tengas la mitad de volumen que al principio en los montoncitos de ropa. Bien. Y ya lo tenemos agrupado. Las cosas que son iguales van juntas (una máxima de la organización de espacios). Podemos hacer otra división más y separar la ropa de verano y la de invierno. Hacer un par de cambios de armario por año es una costumbre de lo más sana. Os hablaré de ello en otro post.
- ¿Cómo guardamos todo esto?
- Perchas: En las perchas se cuelga toda la ropa que va abotonada, abierta o con cremallera y los vestidos y blusas. Colgaremos entonces las camisas, chaquetas, americanas, pantalones de vestir (¡los vaqueros no!), etc. Y la forma de colgarlo debe cumplir unas normas:
- Todas las perchas deben ser iguales. En serio, es importante. La sensación de orden se multiplica por mil. Y el orden es también una cuestión de sensaciones. Queda prohibida la percha de tintorería y la multipercha (para mí lo más parecido al demonio).
- La ropa se pone toda mirando hacia el mismo lado.
- Los ganchos de las perchas todos mirando hacia dentro (o hacia afuera si puedes mantener separación entre ellas, como dicen mis queridos Organizarse). Pero todos los ganchos en el mismo sentido.
- Las prendas también deben mirar todas hacia el mismo lado. Yo siempre las pongo todas con los botones hacia la izquierda, pero esto es una pequeña manía mía.
- Faldas en perchas de pinza, también todas iguales.
- Agrupar por tipo de prenda, para ver todas las americanas a la vez.
- Y lo más importante de todo: UNA PRENDA POR PERCHA. Si pones una camisa sobre otra la de encima no queda bien colocada, la de debajo se arruga y lo que es peor, no la ves. ¡Y lo que no se ve no se usa, my friends!
- Cajones: camisetas, jerseys, pantalones vaqueros, ropa deportiva, ropa interior… Es decir, todo lo que no va colgado. Dobla la ropa en vertical y clasifícala por cajones. Prometo subir un día de estos un vídeo sobre doblado vertical en mis perfiles de Facebook e Instagram.
- Recuerda, las cosas iguales van juntas. O bien lo que se usa junto: por ejemplo, puedes organizar un cajón solo con ropa de deporte. (Que a no ser que seas deportista profesional debería valerte con un cajón grande para todo).
- Doblando la ropa en vertical puedes ver todo lo que hay en el cajón de un vistazo.
- Puedes coger una camiseta sin que lo demás se desordene.
- La ropa no se arruga más que poniendo una prenda sobre otra.
- Baldas: yo las reservo para zapatos, bolsos y complementos:
- Puedes guardar los pañuelos o bufandas doblados en vertical en un cesto rectangular. Intenta evitar la ropa ordenada en pilas, es pan para hoy y hambre para mañana. Siempre acaban volcadas o hechas un lío, ya que si tienes prisa y quieres coger la camiseta en la posición 6, lo que está encima ya sabes cómo acaba.
- Los zapatos siempre en su caja o, mejor aun, en cajas todas iguales. Siempre etiquetados para saber dónde están las sandalias doradas sin tener que abrir 14 cajas.
- Los bolsos, siempre apoyados en una balda y con las asas metidas dentro. Ver asas por ahí a lo loco disminuye mucho la sensación de orden. Y así, cuando quieres coger un bolso, no se te engancha con la correa del otro. ¡Y siempre se guardan vacíos!
Y como conclusión, incorpora algunas rutinas de orden para mantenerlo fácilmente. Guarda inmediatamente lo que ya no uses. Si está sucio va al cesto de la lavadora. Y si está limpio, lo doblas o lo cuelgas en su percha. De lo contrario puedes generar un temido punto de caos, como puede ser la butaca deja-cosas. E intenta dejar sitio libre, los muebles también deben respirar por dentro y tendrás espacio para guardar esa preciosa camiseta nueva.
¿No te están entrando unas ganas terribles de ordenar tus armarios? ¡A por ello!
Besos
Laura
He puesto todos tus consejos en práctica y puedo asegurar que un armario ordenado te cambia mucho los hábitos y te hace más fácil la vida.
Muchas gracias Laura. Buen trabajo.